
Catatumbo en crisis: desplazamiento y muerte en medio de una nueva guerra
La política de “paz total” del Gobierno enfrenta su mayor reto, con múltiples focos de violencia a lo largo del país. En el Catatumbo, los enfrentamientos entre el ELN y las disidencias del Frente 33 de las FARC han generado una crisis humanitaria sin precedentes en los últimos 15 años. El saldo, según la Defensoría del Pueblo, incluye más de 100 muertos y el desplazamiento de 42.000 personas.
Los campesinos, atrapados entre los grupos armados, recurren a medidas desesperadas. En un video difundido el 22 de enero, una lideresa de la vereda Guachimán, en Tibú (Norte de Santander), pidió ayuda para salvar a las 22 personas que la acompañaban, luego de pasar ocho días ocultos en la montaña. “Las carreteras están minadas y el ELN controla la vía principal. Dos jóvenes intentaron salir y fueron asesinados”, denunció.
El ELN y las disidencias: una guerra anunciada
Desde noviembre de 2024, líderes y organizaciones locales alertaron sobre el aumento de tensiones en la región, luego del rompimiento del pacto de no agresión entre los grupos armados. El ELN movilizó más tropas hacia el Catatumbo desde Arauca, buscando controlar el territorio estratégico para sus operaciones. Según expertos, la región también es clave para conectar sus estructuras en Cesar y Bolívar, y mantener vínculos con Venezuela, donde la guerrilla encuentra refugio y apoyo económico.
Mientras tanto, la Defensoría del Pueblo advierte que las dinámicas de violencia no se limitan al Catatumbo. En Guaviare, Norte del Cauca, Chocó y Arauca también estallan enfrentamientos que afectan a comunidades indígenas, campesinas y firmantes del acuerdo de paz.
“Paz total”: una estrategia en declive
La política de paz del presidente Gustavo Petro, que buscaba acuerdos con diversos grupos armados, no ha logrado resultados. Por el contrario, la fragmentación de estos grupos y su dependencia de economías ilegales han intensificado las disputas territoriales.
El Gobierno anunció medidas extraordinarias en el Catatumbo, incluyendo la declaración de conmoción interior para liberar recursos destinados a proyectos sociales y reforzar a la Fuerza Pública. Sin embargo, los recortes presupuestales para el sector defensa en 2024 complican una posible ofensiva militar.
Con los conflictos armados en expansión, el panorama sigue siendo crítico. La “paz total”, diseñada como un legado de reconciliación, enfrenta su mayor prueba ante una realidad que parece alejarse cada vez más de la paz.