
Un francotirador meticuloso y paciente acabó con la vida de Juan Sebastián Aguilar, un prominente esmeraldero conocido como «Pedro Pechuga», en un suceso que ha dejado atónita a la ciudad de Bogotá. Aguilar fue asesinado el 8 de agosto cuando un disparo letal lo alcanzó desde fuera de su conjunto residencial, donde vivía en la exclusiva zona de Bosques de Márquez.
Las autoridades, lideradas por el Cuerpo Técnico de Investigación de la Fiscalía General de la Nación (CTI), iniciaron inmediatamente un operativo especial para esclarecer los detalles de este caso que ha generado un gran revuelo. Los expertos han realizado una serie de investigaciones que ya arrojan luces sobre cómo se llevó a cabo este ataque calculado.
Investigación revela ubicación del francotirador
Durante la investigación, se determinó que el francotirador se ubicó en la parte alta de una montaña cercana al conjunto residencial de Aguilar. Desde allí, tuvo una vista clara de la vivienda del esmeraldero, permitiéndole ejecutar el disparo fatal. Los investigadores lograron rastrear el origen del proyectil y así identificar la ubicación precisa desde donde se disparó.
En el lugar donde presuntamente estuvo el francotirador, el equipo del CTI descubrió indicios que sugieren que el asesino estuvo acampando en la zona durante varios días. Elementos como una colchoneta, trapos y otros suministros de supervivencia indican que el tirador preparó minuciosamente su ataque, esperando el momento exacto para disparar.
Ruta de escape hacia La Calera
Aunque el sospechoso aún no ha sido identificado, los investigadores han recopilado datos suficientes para establecer su posible ruta de escape. Según las primeras hipótesis, tras efectuar el disparo, el francotirador huyó hacia la carrera Séptima y luego tomó dirección al municipio de La Calera. Las autoridades continúan trabajando para capturar al responsable de este homicidio que ha conmocionado a la comunidad.