
Un pueblo que volvió a ser centro de decisiones
Titiribí amaneció distinto. Desde muy temprano, las montañas se llenaron de voces, de saludos, de abrazos entre alcaldes, concejales, líderes sociales, senadores y representantes. No fue un día cualquiera. Fue el día en que el Suroeste antioqueño se juntó para pensar su futuro.
Las banderas ondeaban en la plaza mientras los equipos técnicos llegaban con planos, peticiones, y sueños. En los pasillos del teatro municipal se respiraba voluntad. No se trataba solo de diagnósticos, sino de exigir soluciones concretas a problemas que llevan décadas sin resolverse.
Bitúnel, puente, y presencia estatal
El gobernador de Antioquia no fue ajeno al clamor. Escuchó a cada uno de los alcaldes, quienes hablaron sin filtros. Las prioridades fueron claras: el bitúnel de Sinifaná, la ampliación del puente sobre el río Cauca en Bolombolo, y las obras en el sector La Chuchita dejaron de ser solo promesas sobre el papel.
Cada intervención sumó al mismo clamor: presencia real del Estado, inversión descentralizada y ejecución que respete la autonomía y la identidad de los territorios.
Una voz unida, un territorio vivo
El encuentro dejó más que actas y fotos. Dejó acuerdos para trabajar en red, impulsar obras estratégicas y construir una agenda compartida desde las comunidades.
Porque el Suroeste ya no está dispuesto a esperar. En Titiribí, una vez más, demostró que cuando sus líderes se juntan, su voz se vuelve ineludible. Y que el desarrollo no se mendiga, se exige con unidad.