El peso colombiano sufrió un importante deterioro en agosto de 2024, convirtiéndose en la segunda moneda más devaluada de la región, con una caída del 3,11% frente al dólar estadounidense. Esta devaluación estuvo solo por detrás del peso chileno, que experimentó una pérdida del 4,80%. Otros países como Perú y Brasil también vieron retrocesos en sus monedas, aunque en menor medida.
Aumento inicial y volatilidad
Durante el mes de agosto, el peso colombiano comenzó con una cotización de $4.087 por dólar el 1 de agosto. Sin embargo, la primera semana presentó una notable subida, alcanzando un máximo de $4.215 durante el denominado “lunes negro”, un evento que se produjo debido a la preocupación de una posible recesión en los Estados Unidos. Esta situación desencadenó un fuerte aumento en el dólar a nivel global, afectando significativamente al peso colombiano.
A partir de ese punto, el peso experimentó una tendencia a la baja, cerrando el 30 de agosto en $4.179, según un análisis de mercado de Valora Analitik. Esta volatilidad reflejó la incertidumbre en los mercados, alimentada por factores internacionales que influyeron en la percepción de riesgo entre los inversores.
Perspectivas para el cierre del año
De acuerdo con la Encuesta de Opinión Financiera (EOF) de Fedesarrollo, los analistas proyectan que el dólar en Colombia se ubicará en un rango entre $4.024 y $4.100 para el cierre de 2024, con una media de $4.062. Este pronóstico ha sido ajustado al alza, considerando una posible continuación de la volatilidad.
El peso colombiano no logró recuperar los niveles iniciales de agosto, y los expertos indican que la situación podría empeorar en septiembre, debido a la persistencia de factores externos como la posible recesión en Estados Unidos. Estos elementos continúan generando una atmósfera de incertidumbre, lo que podría mantener el dólar por encima de los $4.000 durante los próximos meses.
Por otro lado, el peso mexicano se destacó como la única moneda de la región que se valorizó en agosto, registrando un aumento del 5,40% frente al dólar. Este contraste subraya la complejidad del entorno económico global y los desafíos que enfrentan las diferentes economías de América Latina.