Una ruptura que ya no puede ocultarse
El enfrentamiento entre Elon Musk y Donald Trump dejó de ser un rumor y estalló con fuerza esta semana. Lo que comenzó con críticas veladas se convirtió en un cruce abierto de acusaciones, insinuaciones y amenazas, con ambos utilizando sus poderosas plataformas para atacarse sin filtros.
Trump respondió molesto a los comentarios del empresario sobre su “grande y hermosa” legislación presupuestaria, calificándolos de desleales. Insistió en que Musk cambió de postura por temor a que se eliminen los subsidios federales a los vehículos eléctricos, una medida que afectaría directamente a Tesla.
Acusaciones sin pruebas y fuego cruzado
Elon Musk, por su parte, afirmó que no le interesan los subsidios, sino la reducción de la deuda nacional. Acusó a Trump de deberle su victoria electoral por el respaldo financiero y mediático que él le brindó. Luego lanzó una bomba sin precedentes: insinuó, sin presentar pruebas, que Trump aparece en archivos secretos del caso Epstein.
Las declaraciones causaron revuelo y llevaron la disputa a un nuevo nivel. El precio de las acciones de Tesla se desplomó 14% en un solo día, y el entorno político se sacudió con la posibilidad de que Trump use la maquinaria del Estado contra su antiguo aliado.
Una alianza que ya no tiene retorno
Durante su presidencia, Trump había otorgado a Musk un cargo especial como jefe del llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), desde donde el magnate recortó agencias y personal. A pesar de momentos de tensión, ambos mantuvieron una relación funcional… hasta ahora.
“Él y yo teníamos una gran relación”, dijo Trump, en pasado. Ahora amenaza con terminar todos los contratos públicos con Musk, mientras este se prepara para financiar o apoyar a rivales republicanos en las primarias. La Casa Blanca y el Congreso observan sin intervenir.
Una guerra de poder que apenas comienza
Ambos tienen la capacidad de influir en millones de personas, el financiamiento de campañas y el debate público. La tensión seguirá creciendo. Y no parece haber un ganador claro en este choque de egos y ambiciones. Musk lo dejó claro: “Trump estará tres años y medio más… pero yo estaré aquí cuarenta”.