Las autoridades brasileñas comenzaron el sábado a recuperar los cuerpos de las 62 víctimas del trágico accidente aéreo ocurrido en Vinhedo, en el interior de São Paulo. El avión, operado por la aerolínea Voepass, se precipitó el viernes sobre una zona residencial, dejando un devastador saldo de víctimas.
Un equipo de alrededor de 200 personas, entre bomberos, policías y personal médico, trabaja intensamente para retirar los cuerpos entre los restos del fuselaje. Hasta el momento, se han recuperado 21 cuerpos, que serán trasladados a la morgue de São Paulo para su identificación. Sin embargo, las labores de rescate se ven obstaculizadas por la persistente lluvia que ha caído desde la noche del viernes, lo que podría prolongar las operaciones durante varios días, según el capitán Maycon Cristo, portavoz de los bomberos.
El avión ATR, que volaba desde Cascavel, en Paraná, hacia el aeropuerto internacional de Guarulhos en São Paulo, perdió altitud repentinamente, descendiendo bruscamente desde 17.000 pies hasta 4.100 pies en un solo minuto, antes de estrellarse. La Fuerza Aérea Brasileña informó que la aeronave perdió contacto con el radar a las 13:22 horas locales.
Las causas del accidente están siendo investigadas por el Centro de Investigación y Prevención de Accidentes Aeronáuticos de Brasil (Cenipa), que ya recuperó la caja negra del avión para su análisis. Voepass confirmó que la aeronave, en operación desde 2010, cumplía con todas las normativas vigentes y había pasado un mantenimiento de rutina la noche anterior al accidente.
El trágico evento ha conmocionado a Brasil, recordando otros graves accidentes aéreos ocurridos en el país en años anteriores.